Cuentos de amistad cortos: "Amigos y Aventuras Inolvidables"

Las Travesuras de Lauti y Flor

En el pequeño poblado de San Andrés, vivían dos seres que compartían una camaradería excepcional, tan singular que sus cuentos de amistad cortos se convirtieron en leyendas entre los pobladores. Lauti y Flor eran amigos desde su más tierna infancia y prácticamente no existía un día en el que no vivieran por lo menos una aventura singular.

Lo más destacado es que éstas aventuras no eran las típicas jugarretas de pequeños diablillos sino que tenían su toque exclusivo, que hacía nativa y viva en la memoria de todos aquellos afortunados que las presenciaban. Así fue que, al compás del crecer de sus cuerpos, también lo hizo el desarrollo de sus cuentos de amistad cortos y su inherente carisma.

Cuando el Dragón Conoció a la Princesa

Más allá de que muchos niños compartieran el sueño de ser héroes intrépidos, que a lomos de corceles salvajes rescatarían damiselas que esperaban desesperanzadas a sus rescatadores, aquel día algo especial sucedió en el parque central del pueblo. Hacía rato que Lauti y Flor, sigilosamente como siempre, se colaban entre sus restantes vecinos para regalar su presente de turno.

Pero de alguna manera, todos deseaban ser parte de sus historias y que mejor manera de hacerlo que imitando sus hazañas. Así, de la nada, una multitud de niños y adultos se agruparon para recrear sus cuentos de amistad cortos y personificar a sus entrañables protagonistas. Fue entonces cuando un niño, armado de una valentía nunca antes vista, corrió hacia una niña vestida de noble, tomó su mano y la condujo hasta una casa abandonada.

Que esta casa estuviera tan montaña arriba o que ellos corrieran tan rápido, no impidió que una marea de espectadores expectantes siguiera el curso de la acción. Así llegaron al escenario donde debían enfrentarse al dragón, y fue entonces cuando Lauti y Flor hicieron su entrada triunfal. Ellos, y sólo ellos, podrían dar con el corazón de la bestia y aplacarla de una vez por todas. Fue aquel un día inolvidable que jamás podrían olvidar, y nunca dejarían de narrar como una de sus hazañas.

Un viaje al Corazón del Bosque

A la lista de sus cuentos de amistad cortos, nunca fiel a sucedáneos ni repeticiones, aquel día se sumó la travesía por un bosque colombo. Deberían sortear enredaderas, criaturas profanas y hasta conviver con extraños seres que habitarían lo más virgen de aquel gigante verde. Sin embargo, a pesar del riesgo que se amontonaría como diríamos, sobre sus cabezas, Lauti y Flor eran de aquellos personajes que jamás trepidaban frente al peligro, todo lo contrario: lo enfrentaban con audaz entereza.

Así fue como avanzaron, paso a paso y entre las sombras de lo desconocido, llevando consigo la bandera de sus desencadenados cuentos de amistad cortos. Dando ejemplo a todos aquellos que soñaban con seguir sus huellas, aquel acto de valentía selló de una vez por todas la mágica esencia que formaba parte de la eterna leyenda de Lauti y Flor.

Para Siempre Juntos

La vida siguió adelante y el tiempo continuó con su implacable tarea de avanzar de un lado a otro, sin descanso ni pausa. A pesar de ello, Lauti y Flor, como dos delincuentes del destino, se las ingeniaron para dar esquinazo a tan estricto guardián y, con cada página que escribieron juntos, refrendaron su amor por ello: vivir en cada rincón de la imaginación, siendo eternos personajes de incontables cuentos de amistad cortos.

Y, aunque el sino de la vida los separó alguna vez, enredándolos en las redes de lo posible y lo imposible, siempre supieron estar juntos, vivir uno dentro del otro para, de tiempo en tiempo, regresar con una tierna y eterna sonrisa a reencontrarse. Éstos podían ser sólo cuentos, pero fueron mucho más, al transformarse en vivencias y aventuras inolvidables.